En una jornada 'invisible' -ante la imposibilidad de volar de los helicópteros, no hubo imágenes de TV hasta las cámaras fijas de meta-, los supervivientes del Giro 2013 se han enfrentado a una dantesca 14ª etapa marcada por el frío, la permanente lluvia e, incluso, la nieve. Las inclemencias meteorológicas han obligado a la organización a eliminar la ascensión a Sestriere (2ª, a 40 km de meta en el recorrido original) aumentando el kilometraje hasta 180 y manteniendo el previsto final en Bardonecchia, sobre la cima del Jafferau (1ª categoría).

Hasta los siete kilómetros de la subida definitiva llegó con más de 4 minutos la fuga de cuatro ciclistas que protagonizó la etapa -con los italianos Paolini, Colbrelli, Pietropolli y Trentin-, cuyos últimos supervivientes sólo pudieron ser alcanzados en los dos kilómetros finales. En el grupo de elegidos, el ataque final de la maglia rosa, Nibali (AST), le permitía llegar destacado junto a Santambrogio (VIN), vencedor del día. Por detrás, un rosario de corredores ente los que Beñat Intxausti mantuvo el tipo -17º en la etapa, a 1'24''- para resistir su privilegiada posición (10º, ahora) en el top-ten.

Intxausti: "La etapa se ha hecho muy dura, más por el tiempo que por el propio recorrido. Ha hecho mucho frío y sobre todo no ha parado de llover y después de tantas horas mojado, aunque me he cambiado de ropa un par de veces, se te mete el frío en el cuerpo. Los compañeros han estado sensacional, trayéndome ropa, comida, llevándome delante en el grupo… pero al final no he podido estar donde esperaba. Hemos empezado muy rápido desde abajo e iba un poco fuera de punto. A falta de 3 km me he soltado para regular e intentar que las pérdidas fueran las menores posibles.

Hemos bajado un par de puestos, pero seguimos estando ahí entre los diez. Con este Giro tan duro, vemos que casi cada día se elimina a uno. Hoy le ha tocado a Gesink pero con este tiempo le puede tocar a cualquiera porque al cuerpo le pasa factura. Mañana veremos si se hace la etapa, pero si se hace entera puede haber más de una sorpresa porque el desgaste de hoy se va a notar. La carrera es muy dura por recorrido, pero lo está siendo más por los largos traslados y este mal tiempo".

El mal tiempo reinante en la zona alpina podría obligar a modificar notablemente la 15ª etapa de mañana con el final previsto en la cima del Galibier. Tanto el coloso galo -precedido del Télégraphe (2ª)- como el Mont Cenis (1ª) están en riesgo a causa de la nieve sobre las carreteras y de los posibles aludes derivados de la misma. El recorrido definitivo no será anunciado hasta el propio domingo por la mañana, siendo el originalmente propuesto de 149 km con salida en Cesana Torinese.

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