El tour comenzará en holanda al igual que las últimas ediciones de giro y vuelta

En total, más de 3.700 kilómetros a lo largo de 23 días en los que los ciclistas tendrán que afrontar las trampas holandesas, el pavés de la Roubaix, el fuerte calor del verano francés y la dureza de un recorrido muy montañoso con 44 cotas puntuables

Si por algo se caracteriza el recorrido de la 97ª edición del Tour de Francia es por el marcado acento que tendrán los Pirineos – se cumplen 100 años del paso de la Grande Boucle por ellos -, la falta de una contrarreloj por equipos que podría haber hecho mucho daño a Contador y unos primeros días en Holanda, que como se demostró en el Giro, pueden dejar fuera de combate a alguno de los grandes favoritos.

La Grande Boucle comienza en la ciudad portuaria de Rotterdam con un prólogo de 8,9 kilómetros en la que Cancellara, Wiggins y Tony Martin lucharán por hacerse con el maillot amarillo, mientras que las figuras del pelotón intentarán dejar su carta de presentación. Después tres días en tierras holandesas en los que el mal tiempo, las calles estrechas y las rotondas llenarán de tensión y nervios al pelotón.

En la última de las cuatro jornadas en territorio oranje llega uno de los mayores peligros para Alberto Contador, la tan temida etapa del pavés que cuenta con 13,2 kilómetros de este terreno distribuidos en siete tramos, los mismos que recorren los ciclistas en el infierno del norte, la Paris-Roubaix.

Llegada a Francia
El pelotón entrará en Francia en la cuarta etapa. A partir de ahí, los sprinters tendrán tres oportunidades de oro para aprovechar su punta de velocidad y la fuerza de sus equipos. La montaña hará acto de presencia en la séptima etapa adentrándose en unos Alpes más deslucidos que nunca.

La primera jornada del Tríptico alpino ni siquiera ha sido considerada como de alta montaña por la organización, mientras que hasta la tercera y última de las jornadas alpinas no veremos un puerto de categoría especial cuando hará acto de aparición La Madeleine, aunque a 32 kilómetros de la línea de meta. En la etapa intermedia, los ciclistas afrontarán dos primeras categorías, la Ramaz y el final en Morzine-Avoriaz.

La falta de la contrarreloj por equipos
Si algo se echa de menos en esta primera semana de Tour de Francia es la contrarreloj por equipos, que podría haber dado más emoción a un recorrido que parece muy favorable a Contador y a su equipo Astana que habría tenido verdaderos quebraderos de cabeza para estar a la altura de RadioShack y Saxo Bank en esta complicada y decisiva especialidad.

Tras pasar por las primeras dificultades montañosas, la serpiente multicolor se adentrará en las estribaciones del Jura y en el Macizo Central a lo largo de cuatro jornadas propicias para los aventureros que busquen un día de gloria. Los favoritos tendrán que prestar especial atención a la etapa de Gap con un final muy peligroso.

No en vano, el final es casi idéntico al de aquella fatídica jornada en la que Beloki enterró sus ilusiones bajando La Cote de la Rochette. Tampoco se podrán descuidar en el final en Mende, un pequeño puerto muy explosivo que puede sorprender a más de uno.

Cien años de Pirineos
Los Pirineos son los que marcarán los designios de este Tour de Francia que quiere homenajear en esta edición el centenario de la primera vez que pasó por esta temida cordillera. El epicentro de esta fiesta será el Tourmalet que se ascenderá en dos ocasiones, en la última de ellas como línea de meta de la última etapa del ciclo pirenaico.

El primer juez será Ax 3 Domaines, un puerto que ya trajo de cabeza a Lance Armstrong en el año 2003. La jornada previa a la llegada final en alto al Tourmalet esconde 70 kilómetros de ascensión en un total de cuatro puertos, aunque todos ellos muy alejados de la meta. Será la decimoséptima etapa, desde Pau hasta la cima del coloso cuando los escaladores tengan su última oportunidad a expensas de lo que ocurra en la última contrarreloj.

Una crono decisiva
Una prueba contra el cronómetro, entre Burdeos y Paullac, como las de antes con más de 50 kilómetros totalmente llanos a través de largas llanuras y viñedos en los que el viento puede jugar un papel fundamental en la lucha por la general.

El Tour terminará como siempre en los Campos Elíseos en una jornada para rendir honores a los mejores y para que los sprinters tengan su última oportunidad de saborear las mieles de la gloria tras la última oportunidad que habrán tenido en la jornada anterior a la contrarreloj en Burdeos.

En total, más de 3.700 kilómetros a lo largo de 23 días en los que los ciclistas tendrán que afrontar las trampas holandesas, el pavés de la Roubaix, el fuerte calor del verano francés y la dureza de un recorrido muy montañoso con 44 cotas puntuables, seis de ellas de categoría especial, diez de primera y nueve de segunda.

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