Evans, nuevo líder, con un segundo de ventaja sobre Farrar

El americano del Garmin se lleva una etapa marcada por más de una decena de caídas · Sastre y Wiggins pierden más de 30 segundos respecto a otros favoritos, como Vinokourov, Evans, Basso y Nibali

El estadounidense del Garmin, Tyler Farrar, se ha hecho con la segunda etapa del Giro de Italia tras imponerse en el sprint final a Matthew Goss, Fabio Sabatini y André Greipel. El nuevo líder es el australiano Cadel Evans que se ha beneficiado de la gran cantidad de caídas que han marcado el devenir de una etapa en la que Sastre, Wiggins y Cunego han perdido más de 30 segundos.

Utrecht, un campo de minas
Ya lo avisaba esta misma mañana Cadel Evans, el nuevo líder de la corsa rosa, que advertía del peligro de los kilómetros previos a la llegada a la ciudad de Van Basten. Y es la ciudad universitaria holandesa por excelencia se ha convertido en un auténtico campo de minas para los ciclistas.

Hasta más de una decena de caídas han protagonizado los más de 200 kilómetros por tierras holandesas de esta segunda etapa. Entre los ilustres damnificados, el hasta entonces líder, Bradley Wiggins, la principal baza española, Carlos Sastre, y el ganador del Giro de 2004, Damiano Cunego, que han perdido 37 segundos en la línea de meta. Sastre ya se encuentra a más de un minuto de los principales favoritos en la general. Por su parte, el campeón italiano en ruta, Filippo Pozzato, se ha dejado más de cuatro minutos por el camino.

La escapada de la jornada
La etapa comenzaba con la aventura de cuatro valientes que atacaban nada más sobrepasar la pancarta del kilómetro cero. Los italianos Mauro Facci y Stefano Pirazzi, el alemán Paul Voss y el holandés Rick Flens partían hacia una aventura que llegó a durar casi 190 kilómetros para el corredor de la casa. Los escapados llegaron a disfrutar de una cómoda ventaja de 6 minutos.

El equipo del líder, el Sky, echó abajo la escapada cuándo y cómo quiso. Pese a que no le iba nada en juego, el equipo británico encabezó el pelotón hasta las puertas de Utrecht, donde imprevisiblemente Wiggins se vio implicado en la caída que marcó el final de la etapa. El pelotón se partió en cuatro grupos y ya no hubo más tiempo para las condescendencias.

Vinokourov tomó las riendas del grupo cabecero, formado por 40 corredores, buscando meter más distancia a sus rivales por la victoria final, mientras que por detrás los hombres del Cervélo intentaban organizarse para minimizar la pérdida de tiempo. El pequeño pelotón entró en el último kilómetro sin ningún equipo al mando y Farrar, que sufrió una caída mediada la carrera, se aprovechó del caos existente y dejó su rubrica en la primera oportunidad disponible para los velocistas.

Mañana, los sprinters tendrán una nueva oportunidad en Middelburg tras recorrer más de 200 kilómetros desde Amsterdam. Habrá que ver las heridas de guerra que ha dejado una jornada en la que muy pocos contaban con dejarse un preciado botín de más de 30 segundos.

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