TLAXCALA -- El mexicano Luis Fernando Macías se quedó con la cuarta etapa de la Vuelta Ciclista México 2010, al terminar los 220 kilómetros de trayecto de Orizaba a esta ciudad en 5:53:25 horas y de esta manera ayudar a su coequipero en el Rock Racing, el español Francisco Mancebo, a seguir de líder.



El segundo lugar de la etapa fue el también español Oscar Sevilla, también del Rock Racing, y en tercero arribó el italiano Davide Frattini (Team Type 1), los dos con el mismo tiempo del ganador.



En la clasificación general, Mancebo es el líder, en tanto el mejor mexicano es Francisco Matamoros, quien no suelta este sector, en tanto el colombiano Gregorio Ladino (Boyacá Orgullo de América) es el nuevo líder de la montaña.



Desde que Macías, originario de Lagos de Moreno, Jalisco, salió del hotel de Orizaba para iniciar con esta aventura, imaginó que estaba listo para entrar primero, ya que los retortijones de la noche anterior habían desaparecido y ahora su cuerpo estaba mucho mejor.



Tan es así que tanto él como su compañero de cuarto, el colombiano Carlos Alzate, se quedaron dormidos, fueron los últimos en salir de la habitación y así como bajaron se pusieron el jersey y se llevaron a la boca un poco de fruta. Fue todo lo que pudieron comer porque el tiempo estaba encima.



Ya en la salida, Macías platicó un poco con los experimentados españoles Mancebo y Sevilla, de cómo sería la jornada. No recuerda qué se dijo primero, pero sí que estaban seguros de ir con todo para estar en el podio. Apenas en el kilómetro 26.1 se tenía que llegar primero a lo más alto de la montaña.



Los músculos de las piernas parecen romper la ligera piel por el esfuerzo al empujar el pedal. Los ojos se cierran repentinamente y las manos se aferran al manubrio que tiene la función de escalador. Todo esto por lograr hacer ese ascenso en donde lo que se requiere es valor y energía para aguantar el ritmo de los rivales.



Macías y sus coequiperos del Rock Racing se van con cautela, dejan que los colombianos del Boyacá Orgullo de América, con Gregorio Ladino, jalen y lleven al grupo. Al igual que los italianos del Amore Vita y desde luego los mexicanos Ignacio Sarabia y Julio Alberto Pérez Cuapio, quienes saben cómo atacar en las escaladas.



Pero el vaivén de ciclistas no cambia. Unos jalan y otros se reservan para lo último, el corazón late más rápido y la respiración se hace más intensa conforme se acerca la cima. La hidratación es importante y eso lo sabe Macías, quien ingiere más de lo permitido para estar bien y seguir con vida.



Rodolfo Torres, el propio Ladino, ambos del Boyacá y desde luego Sevilla y Sarabia toman la punta tras el puerto de montaña. El ritmo será otro porque viene el descenso, a más de 50 kilómetros por hora y la caravana debe ir más rápido.



Se presenta lo más seguro, en donde los llamados "sprinters" deben trabajar. Terreno plano con algunos altibajos, pero nada de consideración. Macías levanta la mano y toma el ritmo, lo cobijan sus compañeros del Rock Racing, que ahora es mexicano porque está registrado en Sonora tras sus problemas financieros en Estados Unidos y que marcaban su desaparición.



Macías, campeón panamericano en Madison en 2009 con Ignacio Sarabia, supone que debe ir con todo, levanta la voz y se va al frente cuando faltan 15 kilómetros para la meta, la valla humana en el trayecto se emociona, apluade y grita a su paso.



En Tlaxcala, el ánimo va en serio, se despide de sus compañeros e inicia la labor esperada, se va con todo y con el resguardo de Sevilla se va de primero en la meta. Hace un tiempo de 5:53:25 horas.



El cuerpo le funcionó y buen, los retortijones desaparecieron y ahora está por comer lo que venga para ir este jueves, tal vez, por la quinta etapa de esta ciudad a Cuautla, de 175 kilómetros.

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