El ciclista Manuel Beltrán ha dado positivo por EPO en la primera etapa del Tour de Francia, según ha confirmado la organización de la carrera.

El ciclista del Liquigas, de 37 años, formaba parte de los corredores que estaban sometidos a un seguimiento particular por parte de la Agencia Francesa de Lucha contra el Dopaje (AFLD) a causa de los niveles "anormales" revelados en los controles sanguíneos previos al inicio del Tour, precisaron las fuentes.

Según el procedimiento, la AFLD, responsable de los controles en este Tour de Francia, deberá comunicar al ciclista su positivo en la prueba A.

Plazo para alegaciones

El ciclista tiene un plazo para presentar sus alegaciones y para reclamar el análisis de la muestra B. Se trata del primer caso positivo de la presente edición del Tour, que se inició el pasado sábado en Brest. Precisamente fue en la primera etapa, que acabó en Plumelec, en la que Beltrán fue controlado positivo por EPO.

El jienense es profesional desde 1995 y ha pasado por los equipos Banesto, Mapei, Coast, US Postal y Discovery antes de recalar el año pasado en la escuadra italiana Liquigas. Esta mañana, antes de que se conociera su dopaje, había declarado que había venido al Tour sin grandes pretensiones, con el objetivo de ayudar a ganar alguna etapa a sus jóvenes compañeros del equipo italiano.

Apodado Triqui por su afición a comer galletas, lo que le asemejaba al famoso monstruo de la serie televisiva infantil Barrio Sésamo, Beltrán ha logrado cuatro victorias en su carrera: la clásica de los Puertos de 1997, la Volta a Catalunya, incluida una victoria de etapa en 1999, y una etapa en la Vuelta al País Vasco en el 2007.

Niveles anormales

La revelación de su dopaje coincide con la noticia de que una decena de ciclistas habían dado unos parámetros sanguíneos "anormales" en los controles efectuados por la AFLD los pasados días 3 y 4, justo antes de que comenzara el Tour en Brest.

Los niveles de hematocrito, hemoglobina o reticulocitos presentaban anomalías, lo cual no quiere decir que estén dopados, pero invita a pensar que pueden haber consumido alguna sustancia prohibida o pueden haber recurrido a las autotransfusiones de sangre. La AFLD no cuenta con historial suficiente de los niveles de esos ciclistas para determinar que están dopados, por lo que se limita advertirles de los problemas para su salud y a someterles a un particular seguimiento.

La instancia francesa antidopaje está encargada de los controles ante el Tour a causa del conflicto que mantienen los organizadores de la ronda gala y la Unión Ciclista Internacional (UCI). Esta última se negó a entregar a la AFLD los nombres de los 23 ciclistas que figuran en su lista de sospechosos a partir de los niveles sanguíneos efectuados para la elaboración del pasaporte antidopaje.

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