Bauke Mollema (Trek Segafredo) se ha impuesto en Il Lombardía, el último monumento del año. Ha atacado desde lejos y ha conseguido mantener una pequeña diferencia con sus perseguidores, que le ha permitido levantar los brazos entrando en meta en solitario.

Segundo ha sido Alejandro Valverde (Movistar Team) quee ha batido a Egan Bernal y a Jakob Fuglsang.


Valverde, 2º: ´Sabiendo que tenía piernas para ganar, me queda un sabor agridulce´

Hasta la última carrera del año, derrochando profesionalidad y espíritu competitivo. Alejandro Valverde (Movistar Team) volvió a quedarse con la miel en los labios en Il Lombardia, el último Monumento del calendario internacional de clásicas, con una 2ª posición tras Bauke Mollema (TFS) que no hizo justicia a las fuerzas del campeón de España, el más entonado de los grandes favoritos en el terreno físico.

El neerlandés supo aprovechar la falta de entendimiento entre las principales figuras en la penúltima y decisiva ascensión a Civiglio, a menos de 20 km del final. En ella y en su descenso, Mollema abrió un hueco de más de medio minuto sobre un grupo donde Valverde había contado con el apoyo de Jaime Castrillo, controlando hasta la fase decisiva, y un gran Rubén Fernández, pleno de garra con ataques y duro ritmo en las últimas ascensiones. Valverde dio caza en San Fermo a Roglic (TJV) y trató incluso de marcharse en solitario a por Mollema tras coronar dicha última subida, pero no pudo ya reducir los 25" con los que inició el descenso hasta Como.

Valverde, cazado por el grupo perseguidor antes del sprint, tuvo aun así arrestos para contener a Bernal (INS) en la llegada y garantizarse la segunda posición. Una 'plata' que no empaña el ímprobo esfuerzo de Alejandro, que a su vez conlleva un premio extra: un paso casi decisivo para asegurar que España disfrute del cupo máximo, 5 ciclistas, en los JJOO de Tokio, frente a una Eslovenia que logró hoy tan solo un 7º puesto con Roglic.

DECLARACIONES / Alejandro Valverde:

"Estoy satisfecho con la segunda plaza, pero sabiendo que tenía piernas para ganar, me queda un sabor agridulce. Es una carrera importante, un Monumento, me encanta y de ahí esa sensación final. Ha habido mucho control en la parte final y eso facilita que un corredor solo, menos vigilado, pueda llegar. Bauke ha sabido aprovecharlo para atacar, arrancar fuerte y mantener bien. Le doy la enhorabuena; es justo vencedor. He intentado arrancar en San Fermo -había saltado antes en Civiglio, pero una vez cazado no quería seguir intentando cuando quedaba aún San Fermo-, y también lo he probado ya al coronar pero, viendo que venían casi al lado, he esperado para tirar con ellos y ver si podíamos recortar a por Bauke. Unas veces se gana y otras se pierde; así son las cosas. El año que viene tendré 40 años y será difícil aspirar a ganar, pero ya estáis viendo que aquí sigo, incluso mejor que otros años, lo cual me sigue sorprendiendo".

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