El vigente campeón se llevó la crono inaugural de Jerusalén con dos segundos de ventaja sobre Dennis. Froome se cayó antes y luego cedió 37''.



El Giro 101 arrancó como terminó el Giro 100: con Tom Dumoulin vestido de rosa. Radiante con su buzo arcoíris de campeón del mundo de contrarreloj, el defensor del título se llevó la primera etapa: 9,7 kilómetros por las calles de Jerusalén, un continuo sube y baja con un calor sofocante (se alcanzaron más de 35 grados). Dumoulin superó por sólo dos segundos el registro de Rohan Dennis, que marcó el mejor tiempo durante buena parte de la tarde. Golpe de autoridad y primer triunfo de la temporada (cuarto en la carrera italiana), justo cuando las cosas se ponen serias. “Un gran comienzo”, afirmó sonriente.

La crono produjo diferencias importantes, como los 56 segundos que cedió Supermán López, los 50 de Fabio Aru, los 46 de Esteban Chaves, los 37 de Chris Froome o los 33 de Thibaut Pinot. Únicamente bajaron del umbral del medio minuto perdido Domenico Pozzovivo, a 27 segundos, y Simon Yates, a 20. Si Dennis ha dado el paso adelante que pretende en las generales de tres semanas, debería estar contento con los dos segunditos que se dejó, pese a no lograr la victoria. El mejor español, Pello Bilbao, rindió de manera sobresaliente y consiguió la sexta plaza, a 18 segundos.

Froome acabó derrotado, pero la jornada le pudo salir mucho peor. En el reconocimiento matutino del trazado sufrió una dura caída, con heridas en cadera, rodilla y brazo derechos. Al británico se le vio cojear de forma ostensible. “Un shock”, se resignó. Siutsou se rompió la tercera vértebra y no tomó la salida. A Supermán López le afectaron unos rasponazos en el costado izquierdo. Tanto Froome como López, aspirantes al rosa en Roma, confían en que "la suerte cambie". Porque el Giro no ha hecho nada más que empezar. Aunque con Dumoulin intratable, como en 2017.

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