El gaditano termina segundo en la 7ª etapa tras un gran sprint en Fiuggi
Diego Ulissi se impone logrando la segunda del Lampre en esta edición
Alberto Contador corrió con el hombro vendado y mañana tendrá un nuevo examen

Juanjo Lobato rozó la gloria de lograr su primer triunfo en una gran vuelta al terminar segundo en la séptima etapa del Giro de Italia con final en Fiuggi, la jornada más larga de esta edición con 267 kilómetros. El gaditano se vio superado en los metros finales por Diego Ulissi, que sumó la segunda para el Lampre en una carrera que sigue liderada por Alberto Contador.

Cerca, muy cerca estuvo la primera victoria de un gaditano en una gran vuelta y la primera de Juanjo Lobato en una carrera de tres semanas. El del Movistar Team, que ya ayer se dejó ver en el sprint final, tenía hoy una mejor oportunidad de poder estrenarse al haber un final que picaba ligeramente para arriba, concretamente un 4%.

Sin embargo, y a pesar de colocarse bien y seguir la rueda del que a la postre sería el vencedor, no pudo cantar victoria. Pero todavía le quedan muchas oportunidades. En esta carrera y, sobre todo, en su carrera profesional. Con 26 años, el de Trebujena sigue demostrando día a día el talento que atesora personificando en primera persona el futuro español en las llegadas masivas como ya dejó patente este año en sus triunfos del Tour Down Under y la Vuelta a Andalucía.

Hoy no pudo ser, pero de todo se aprende y Lobato es una esponja que absorbe conocimientos de las victorias y también de las derrotas. Y difícilmente olvidará el nombre de Ulissi. El italiano, con pocos días de competición tras estar nueve meses suspendido por una cantidad anormal de salbutamol en un control de la UCI en el Giro del año pasado (donde ganó dos etapas), logró sumar la segunda de esta edición para el Lampre tras la de Polanc. La victoria española tendrá que seguir esperando en este Giro, aunque el liderato de momento sigue hablando nuestro idioma con la presencia de Alberto Contador, que hoy sí pudo vestirse de rosa en el podio.

El pinteño logró pasar una buena noche tras la caída de ayer y su consiguiente dislocación de hombro que le hizo correr con una protección especial. Su mayor preocupación en la línea de salida era que lloviera, lo que hubiera supuesto tener que enfundarse el chubasquero con su consiguiente dolor. Pero no fue así y el corredor madrileño rodó tranquilo durante toda la jornada gracias, en gran parte, al extraordinario trabajo de sus compañeros en el Tinkoff, que le arroparon en todo momento y, sobre todo, en los kilómetros finales, cuando los nervios, la velocidad y el peligro de caída son mayores.

Este sábado, tanto él como su hombro tendrán un primer examen para ver el estado real de sus opciones para seguir en carrera. Se trata del segundo final en alto de esta edición, situado en Campitello Matese, y que medirá también las fuerzas de sus principales rivales para la general como son Fabio Aru, Richie Porte, Rigoberto Urán,...



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