Chris Horner se coronó como vencedor de una edición histórica. La última etapa de la Vuelta a España fue para el prometedor velocista australiano Michael Matthews.

La Vuelta 2013 empezó en batea y acabó en carroza. La victoria de Christopher Lee Horner, de 41 años y 327 días, convertirá en histórica esta edición. Si nada desbarata la clasificación general (tocamos madera de secuoya), lo conseguido por el vencedor será algo más que un referente deportivo. Lo suyo es el salto de Bob Beamon sobre la cronología de los campeones. A partir de ahora, la edad pasará a ser una cuestión menor. Desde este momento, las retiradas no las dictará el calendario, sino la voluntad. Se entienden los reparos de algunos, pero también se comprende el entusiasmo de otros. Entre los aplausos que proclamaron al vetusto ganador había unos especialmente sinceros: los varones de 41 años celebraron ayer la Vuelta como si la hubieran ganado ellos. Entretanto, los calvos lloraban conmovidos.

En otra vida sin memoria, Horner sería un corredor amado sin condiciones. Lo tiene todo y todo le desborda: los años, la simpatía, las dotes de escalador, el retraso sobre el horario previsto. Su candidez resulta insólita en los deportistas laureados y en los hombres de su edad. Ayer su cabeza despejada relucía más que los dorados del Banco de España. Ayer, cuando escuchó el himno, no levantó la mirada al cielo como otros compatriotas, henchidos de orgullo por haber salvado a Occidente. En lugar de eso, sus ojos hicieron un barrido de la Plaza de Cibeles como si fueran una cámara grabando, como si se sintiera más espectador que protagonista, como si fuera un crimen enfocar a las nubes.

Después de repartir gracias con su español de Doña Croqueta, Horner descorchó el cava y en la espumosa guerra del podio salió perdedor: se le metió vino en los ojos. Al verle allí, tan cuarentón y tan escocido, dieron verdaderas ganas de abrazarle. No podemos pasarnos la vida temiendo.

Hubo más emoción junto a la Puerta de Alcalá. Euskaltel se despidió después de 20 años y lo hizo como mejor equipo de la carrera, liderado por Samuel y dirigido por Igor González de Galdeano, dos años más joven que Horner. Fernando Alonso será el nuevo capataz, pero ni eso cura la nostalgia.

Aunque el campeón viene del pasado, las dudas sobre el futuro nos sobrevolaron el último día. Los cuatro españoles entre los diez primeros han cumplido o superan los 32 años: Valverde (33), Purito (34), Dani Moreno (32) y Samuel (35). Mientras Francia descubre una generación de talentos a nosotros sólo nos queda copiar la dieta de Horner (felicidad y hamburguesas). José Herrada (27), David de la Cruz (24) o Nieve (29) tendrán que cargar con nuestras ilusiones.

La idea final es que la Vuelta, por emocionante que sea, necesita a Contador como el tenis español a Nadal. Alberto, que lo debe intuir, aseguró ayer su presencia en 2014 y de ahí viene la sonrisa que nos hará más llevaderos los próximos once meses.

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