Aitor Hernández continúa avasallando. El de Ermua sumó el título de Campeón de España a su inmenso palmarés de esta temporada que cuenta con 17 victorias, incluidos el título de campeón de Euskadi y el Superprestigio. Aitor luchó frente a Egoitz Murgoitio durante toda la carrera, hasta que decantó el duelo a su favor a falta de una vuelta y media para el final, cuando su ritmo asfixió al de Hirumet, de nuevo subcampeón como la pasada temporada.

Todo estaba dispuesto para que Navia acogiese la mejor carrera del año, y el campeonato de España no defraudó. Desde primera hora de la mañana el ambiente en la localidad asturiana preveía un gran espectáculo: frío, lluvia e incluso granizo por momentos. El circuito teóricamente rápido y poco selectivo cambiaba, la dureza aparecía y el duelo directo entre Aitor Hernández y Egoitz Murgoitio, previsiblemente suavizado por la falta de exigencia del circuito, sería más claro.

Durante los últimos enfrentamientos, Aitor Hernández mostró un ritmo superior a Egoitz, así que Murgoitio quiso resarcirse de salida. Su ritmo demoledor de salida pronto seleccionó la carrera, y en esa primera selección no estuvo Aitor. Ni tampoco Larrinaga, únicamente Isaac Suárez aguantó su primera embestida.

Poco a poco, entrando en carrera progresivamente como empieza a ser tónica habitual, Aitor Hernández encontró su ritmo y neutralizó el primer ataque de Murgoitio con pasmosa facilidad. Larrinaga también llegó con él, dando muestras de poseer su mejor forma. Los cuatro ciclocrossmen más destacados se encontraron pero, al igual que toda la temporada, Murgoitio y Hernández se mostraron superiores.

Un primer movimiento de Aitor Hernández pareció definitivo. Su ritmo doblegó primero a Larrinaga, después a Isaac Suárez y por último a Egoitz Murgoitio. El motor de Hernández parecía superior, pero su condición de principiante en el ciclocross le pasó factura. Una caída acabó con su ventaja y le colocó a un Murgoitio encendido a su rueda. El líder de Hirumet atacó nada más llegar hasta él y abrió hueco.

Este segundo movimiento amenazó con decantar la balanza. Murgoitio recuperó su ritmo demoledor y Aitor dudó en un par de tramos técnicos, perdiendo comba con su gran rival de la temporada. Sin embargo, el de Ermua aún no había dicho su última palabra y, sufriendo como nunca esta temporada, regresó hasta la cabeza de carrera dispuesto a demostrar que su condición de dominador de la temporada no ha sido ninguna concesión de Murgoitio, más centrado en el calendario internacional.

Una vez Aitor se aferró a Egoitz, Murgoitio perdió toda opción de asfixiar a su rival. Ambos se marcaron durante media vuelta, hasta que Hernández recuperó la confianza en sus trazadas y aceleró tanto como pudo, al máximo. Y Murgoitio cedió. Superado y derrotado en la carrera más importante del calendario, Egoitz parecía hundido y su medalla de plata corrió peligro, aunque finalmente la pudo salvar del empuje final de Larrinaga.

Pero el oro tenía dueño. Un novato del ciclocross, renegado de la carretera por culpa de las lesiones y la mala situación del ciclismo español. Aitor Hernández conquistó el campeonato de España y culminó un año mágico: campeón nacional y estatal y vencedor del Superprestigio. Su límite más allá de la frontera aún es una incógnita

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