VOECKLER SIGUE COMO LÍDER DE LA GENERAL

El alemán le ganó la partida a su gran rival dentro y fuera de la pista, Mark Cavendish, con quien tuvo sus más y sus menos el año pasado cuando compartían equipo · La general no registró cambios, mientras que en la regularidad, Rojas logró arañar puntos a Gilbert

El alemán André Greipel se hizo con la victoria en la décima etapa del Tour de Francia, que volvía tras el día de descanso con una jornada entre Aurillac y Carmaux, con un total de 158 kilómetros. El corredor del Omega se impuso al sprint por delante del gran favorito, el británico Mark Cavendish, que tuvo que conformarse con ser segundo por delante de José Joaquín Rojas, tercero (y que recortó puntos a Gilbert en su lucha por el verde). En la general, Voeckler sigue visitiendo de amarillo.

La ronda gala vivió hoy una de las jornadas más tranquilas de la presente edición. Tras un día de descanso más que merecido, los corredores afrontaban un perfil de etapa sin demasiadas complicaciones y propicio para que alguna escapada lo intentara. Sin embargo, y como marcaba el guión, todo se decidió en una llegada masiva que nos ofreció un emocionante espectáculo entre dos velocistas de primerísimo nivel.

Pero antes de todo eso, pasaron más cosas. Di Gregorio, Minard, Vichot, El Fares, Marcato y Delaplace se embarcaron desde casi el inicio en una escapada del día que nunca llegó a suponer una amenaza para el pelotón. Los tres primeros puertos se sucedieron sin más novedad que ver a Marcato sumando los puntos para defender el liderato de su compañero, Johnny Hoogerland, que tras la caída del domingo intentó rodar más tranquilo al no haber cerrado sus heridas.

Como era de preveer, la fuga fue neutralizada en la cuarta y última ascensión del día, la Côte de Mirandol-Bourgnounac (4ª), donde el protagonista fue el incombustible Philippe Gilbert. El belga lanzó un ataque y arrastró con él a Voeckler, Tony Martin, Gallopin y Devenys. Los cinco coronaron el puerto y abrieron un hueco frente a un pelotón que no se inquietó demasiado.

En el decenso, y viendo que el grueso se acercaba cada vez más, Gilbert lanzó un órdago y lo intentó por su cuenta. Sin embargo, los equipos de los sprinters no estaban por la labor de concederle la victoria y tiraron con fuerza para darle caza a falta de 4 kilómetros para el final. Otros hombres como Alan Pérez, Kadri o Millar lo intentaron poco después, pero fue inútil. El día estaba destinado a resolverse con un sprint.

Y, siendo una llegada masiva, el gran favorito era Cavendish, que buscaba su tercer triunfo en este Tour. El de Isla de Man no contó esta vez con lanzadores de su equipo, pero sí del Liquigas. Daniel Oss pareció convertirse en su aliado en los últimos metros. El del HTC salió como una bala para imponerse en un sprint que parecía cantado. Pero faltaba el invitado sorpresa, André Greipel.

El alemán remontó por la izquierda y sorprendió a Cavendish cruzando primero la línea de meta y logrando y su primer triunfo en un Tour de Francia. Fue todo un espectáculo entre dos ciclistas que nunca han tenido afinidad. El año pasado compartían los mismos colores y Greipel nunca entendió por qué siempre se apostaba en los sprints por el inglés. Es más, el equipo decidió que corriera sólo el Giro y no el Tour, donde su máxima apuesta era Cavendish.

Esta lucha de egos se trasladó también fuera del asfalto con más de un cruce de declaraciones. Es por eso que el alemán decidió cambiar de aires este año y fichar por el Omega para sentirse como principal baza en los sprints. Y su apuesta parece dar sus frutos. Ya tiene su primer triunfo en la 'Grande Boucle' y además ante su enemigo público número uno, Mark Cavendish. Este miércoles, nuevo combate entre ambos antes de afrontar los temidos Pirineos

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